La oferta era tentadora, el mercado poco explotado y el deseo muchas veces supera la necesidad. Así lo entendió el GRUPO VALLAS, quienes ofrecen mejorar la imagen urbana, realizando publicidad no convencional, a partir de una idea simple: Creando un canal de comunicación visual.
Es casi imposible no ver sus avisos publicitarios, fusionados con paraderos, construcciones, paredes y cuanta infraestructura presente un espacio en blanco dispuesto a ser cubierto por estos paneles; buscando capturar los sentidos de peatones y conductores.
El paisaje urbano se encuentra salpicado por estos diferentes dispositivos publicitarios, cuya popularidad radica directamente en sus grandes proporciones.
Los anunciantes están apostando por esta nueva e innovadora instalación artística. Sin embargo más de una pregunta empieza a embargar las cabezas publicitarias: ¿Realmente esta novedosa intervención urbana interactúa con el público potencial o al menos real del producto?, ¿Se van convirtiendo, estos montajes comerciales, en elementos desapercibidos dentro de la esfera urbana? ¿Sigue siendo innovador e impactante ver estas VALLAS en la vía pública?
Y es que lo innovador deja de serlo, cuando la creatividad se ve saturada de cotidianidad.
Hace unos meses, una de estas VALLAS ubicadas en algún paradero, de los que suelo recurrir a diario para cumplir con mi rutina habitual, me encandiló con lo que en ese momento consideré original, y entiéndase que lo diferente suele ser original.
En la parte superior del panel se encontraba una especie de foco en alto relieve conectado a un sensor que se activaba ante la presencia de algún transeúnte. La imagen que se enmarcaba a través de la ventana del transporte público en el que ya me encontraba, mostraba personas comunes y corrientes concibiendo grandes y luminosas ideas e interactuando con el producto que esa VALLA publicitaba. Ya no era sólo ver, era estar en él.
Así que aunque nos invadieron las VALLAS, es momento de que éstas por un camino mas novedosos se VAYAN.
Es casi imposible no ver sus avisos publicitarios, fusionados con paraderos, construcciones, paredes y cuanta infraestructura presente un espacio en blanco dispuesto a ser cubierto por estos paneles; buscando capturar los sentidos de peatones y conductores.
El paisaje urbano se encuentra salpicado por estos diferentes dispositivos publicitarios, cuya popularidad radica directamente en sus grandes proporciones.
Los anunciantes están apostando por esta nueva e innovadora instalación artística. Sin embargo más de una pregunta empieza a embargar las cabezas publicitarias: ¿Realmente esta novedosa intervención urbana interactúa con el público potencial o al menos real del producto?, ¿Se van convirtiendo, estos montajes comerciales, en elementos desapercibidos dentro de la esfera urbana? ¿Sigue siendo innovador e impactante ver estas VALLAS en la vía pública?
Y es que lo innovador deja de serlo, cuando la creatividad se ve saturada de cotidianidad.
Hace unos meses, una de estas VALLAS ubicadas en algún paradero, de los que suelo recurrir a diario para cumplir con mi rutina habitual, me encandiló con lo que en ese momento consideré original, y entiéndase que lo diferente suele ser original.
En la parte superior del panel se encontraba una especie de foco en alto relieve conectado a un sensor que se activaba ante la presencia de algún transeúnte. La imagen que se enmarcaba a través de la ventana del transporte público en el que ya me encontraba, mostraba personas comunes y corrientes concibiendo grandes y luminosas ideas e interactuando con el producto que esa VALLA publicitaba. Ya no era sólo ver, era estar en él.
Así que aunque nos invadieron las VALLAS, es momento de que éstas por un camino mas novedosos se VAYAN.
